Una antigua casa nobiliaria, ubicada en el casco histórico de Caravaca de la Cruz, entre las calles Mayrena y Domingo Moreno, se ha convertido en una pequeña hospedería con siete habitaciones y con una capacidad para alojar a diecinueve personas. El hotel La Vera Cruz es una instalación tranquila y cómoda, muy próxima al centro administrativo de la localidad y está muy cerca de la Casa-Museo de los Caballos del Vino.
Al frente de la instalación hotelera están Ana María Baena y Alfonso Rodríguez, un matrimonio procedente de Barcelona que, tras decidir dejar sus trabajos en sendas multinacionales, propusieron a sus hijos trasladarse a esta localidad del Noroeste y poner en marcha un proyecto en el que llevaban varios años pensando. No fue fácil, pero después de una visita en Semana Santa a la Ciudad de la Cruz se pusieron manos a la obra. Visitaron el inmueble en venta y quedaron maravillados por la luminosidad de sus estancias y por la ubicación. De forma que encargaron el proyecto de restauración, solicitaron algunas ayudas y hace unos meses, tras unas obras que se les hicieron interminables, pudieron abrir la hospedería.
«Estamos contentos –afirman–, porque los comentarios de nuestros primeros clientes confirman que habíamos acertado»
La instalación es totalmente accesible para personas con movilidad reducida y cuenta con un sistema propio para el suministro de energía y para el reciclado selectivo. Se trata de un edificio tradicional, de ladrillo, que ha sido rehabilitado y ha permitido transformar algunas estancias, como el huerto, en un pequeño patio interior. Desde esa zona se accede al comedor, sobre el que hay una terraza que ofrece unas vistas magníficas del Castillo y otros edificios muy significativos de la ciudad, como la parroquia del Salvador o la Torre del Reloj.
La casa nobiliaria se ha transformado en una instalación adaptada a las necesidades de hoy. Y es que el despacho de arquitectos que elaboró el proyecto diseñó habitaciones amplias con paredes pintadas en blanco y muy luminosas. En la planta baja hay una estancia con una ventana protegida por una reja de forja que es testigo de la antigüedad de la vivienda. En la primera planta, otras tres estancias con otros tantos balcones a la calle Domingo Moreno, y en la segunda, tres buhardillas, también con ventanas y rejas de forja.
A la espera de que pase la crisis
Por ahora, la hospedería está a la espera de que pase la crisis del coronavirus. Tras esto, ofrecerá alojamiento y desayuno.
Hay una buena oferta de restaurantes y bares en Caravaca
«Hay una buena oferta de restaurantes y bares en Caravaca», comentan los dueños para explicar las razones por las que no se han planteado dar comidas. El comedor tiene salida al patio interior de la planta baja y está muy bien iluminado. La hospedería cuenta con habitaciones individuales, dobles, triples y cuádruples, que disponen de suelo de tarima.
Fuente: La Verdad de Murcia